Inventado en el Peru: Los Garcia Ayala y la tara

La historia reciente de la tara en el Perú es la historia del éxito de los hermanos García Ayala. Doce ayacuchanos, hijos de un visionario y próspero acopiador de tara, que se vieron obligados a abandonar su tierra natal en los años de la violencia terrorista de Sendero Luminoso.
Hoy, los García Ayala, son los mayores exportadores de productos derivados de la tara (polvo de tara y goma) y se han convertido en el engranaje clave no solo de la red de acopio heredada de su padre sino en la plataforma de innovación tecnológica, en mi opinión, con mayor potencial entre todas aquellas basadas en recursos nativos del Perú. La base para tan audaz afirmación: de las algo más de 11.000 solicitudes de patentes basadas en productos peruanos presentadas a nivel global, 3.989, más de la tercera parte, son solicitudes de patentes basadas en la tara.
La tara es un árbol usado, desde épocas precolombinas, como cicatrizante a nivel doméstico; y es, hoy, una de las más importantes fuentes de taninos para la industria de curtiembre a nivel mundial. Sin embargo, eso no es sino la punta del iceberg.
Satisfacer la demanda mundial de tara hoy, requeriría la producción de unas 10.000 Ha. En el Perú solo existen 4.800 Ha. en producción y el 85 por ciento de ellas son bosques naturales (que crecen entre 1000 y 3000 m. de altura en nuestros valles interandinos). El saldo son plantaciones, entre las que destaca la de los hermanos García Ayala, quienes en un fundo de 280 Ha. en Jayanca (Lambayeque, lejos de su Ayacucho) han “domesticado” la tara, haciendo selección genética y logrando una variedad (a lo Fermín Tangüis) que produce vainas de tara en menor tiempo que el árbol silvestre y que contiene una mayor concentración de taninos. Es decir, una “tara mejorada” inventada en el Perú.
Los García Ayala han ido más allá aun. Buena parte del polvo de tara que exporta el Perú va a China, en donde es convertido en ácido gálico (con un valor de venta por kilo 5 a 6 veces mayor que el del polvo de tara). Los chinos, quienes controlan la producción mundial de la agalla china, controlan, a su vez, la de ácido gálico. La tara y la agalla son las dos únicas fuentes de taninos comercialmente aprovechables para la producción de ácido gálico. Por ello, hace algunos años, los chinos se llevaron (“piratearon”) semillas de tara. Felizmente, el cultivo no prosperó en China y continuaron, por necesidad, con su creciente importación de tara peruana. Los García Ayala se han abocado ahora no solo a la producción de ácido gálico sino al desarrollo de nuevas tecnologías para su extracción.
¿Por qué es importante el ácido gálico? No solo porque su valor de venta es 5-6 veces el valor del polvo de tara sino porque es hoy la única fuente comercialmente aprovechable para producir, casi todo en India, un poderoso bactericida, el Trimethoprim, que usted seguramente ha utilizado y que conoce como “Bactrim” (cuyo precio de venta por kilo es el doble del de ácido gálico). Bueno, siéntase usted orgulloso de ser peruano una vez más pues para el Bicentenario, los García Ayala producirán “Bactrim” en el Perú y lo exportarán al mundo entero.
Hasta aquí hemos hablado tan solo de 2 de las 3.989 posibles aplicaciones de la tara y derivados que se vienen desarrollando en el mundo. ¿Acaso no valdría la pena concentrar recursos financieros del FINCYT en, por lo menos, averiguar cuáles son los otros posibles usos de la tara que investigadores extranjeros vienen considerando? Los García Ayala están haciendo lo suyo. Sin embargo, el espacio para la innovación en torno a la tara parece inconmensurable.
Esta es la historia de una PYME nacida en Ayacucho, la historia de una familia peruana que desarrollando un producto peruano y que está en la senda de contribuir a convertir al Perú en un país del Primer Mundo. Este es el espíritu innovador que el Perú tiene y que sustenta nuestro sueño de construir una oferta exportadora producida por miles de PYMEs que impriman en sus productos no solo “Hecho en el Perú” sino, también, “Inventado en el Perú”.